El caso de Paraguay
LOS DETONANTES PARA UNA CAIDA DE GOBIERNOS EN
LATINOAMERICA
Por Lisandra Ramírez
Desde su elección
hasta la fecha el mandato de Fernando Lugo en Paraguay se ha visto rodeado de
numerosos escándalos y críticas, tanto políticas como personales, resaltando
que se trata de un exclerigo, con casos de paternidad no reconocida en algunos
casos y con políticas para romper la hegemonía gubernamental que atravesó por
años el país.
Pero en realidad, el
detonante que lo lleva a ser despojado de la presidencia se da el viernes 15 dejunio de 2012, cuando en la población de Curuguaty, 250 kilómetros al noreste
de La Asunción, se da un enfrentamiento entre las fuerzas del orden y
campesinos llamados ¨sin tierras¨ dejando como saldo 17 muertos y otros
heridos.
Los violentos
enfrentamientos se dan cuando un número de campesinos fue desalojado por la policía luego de ocupar
una finca, perteneciente a un empresario de nombre Blas Riquelme. Al parecer y
según el Ministro del Interior los campesinos atacaron con armas las fuerzas
del orden público.
Pocas horas después
de los incidentes, el presidente Fernando Lugo comienza a tomar decisiones y
anuncia en un mensaje a la nación la destitución del ministro del Interior,
Carlos Filizzola, y del jefe de la policía, comisario Paulino Rojas.
Sin embargo,
Lugo repudió los enfrentamientos y manifestó su “absoluto respaldo” al accionar
de las fuerzas de seguridad. Ordenó además a las Fuerzas Armadas que apoyen con
sus efectivos el operativo policial que se lleva a cabo.
Las actuaciones del
parlamento paraguayo no se hacen esperar y El Senado y la Cámara de Diputados,
reunidos en sesión plenaria, pidieron un informe de los incidentes y
coincidieron en denunciar que “se garantizó la integridad de los campesinos que
despreciaron la vida de los policías”.
Dentro de los
pronunciamientos más importantes, dados horas después, la gobernadora del
departamento de Canindeyú, Cristina Villalba, calificó al ex ministro Filizzola
de “irresponsable” tras recordar que le había advertido que un desalojo
violento iba a desembocar en pérdida de vidas.
Asimismo, dijo que
“coincidencia o no, los que lideraron esta ocupación son amigos del
Presidente”, en referencia a los vínculos de Lugo con el campesinado.
La gobernadora
advirtió que los dirigentes campesinos “tienen sus propiedades en Curuguaty y
hacen un negocio de las ocupaciones” y dijo además que poseen “una radio
comunitaria desde donde incitan todos los días a la violencia”.
Los hechos se
desarrollaron de una forma rápida al igual que las investigaciones y ya para el
jueves 21 la Cámara de Diputados de Paraguay aprobó el entablar un juicio
político en contra de Fernando Lugo, con 76 votos a favor de la medida. El
Senado paraguayo aprobó el cronograma del juicio, cuya sentencia se pautó darla
a conocer el día viernes 22.
Algunos datos importantes
Los senadores,
quienes actuaron como jueces del juicio
político, designaron a un grupo de diputados de oposición como parte acusadora
y otorgaron al Presidente Lugo dos horas
para que se defendiera de las acusaciones en su contra.
Cabe destacar que el
mandatario paraguayo descartó el jueves 21 que fuese a renunciar a su puesto de
cara al juicio político que enfrentaba.
Esta decisión lleva
al año de 1999, cuando legisladores
paraguayos anunciaron que buscarían un juicio político contra el recién electo
presidente Raúl Cubas Grau, por presunta corrupción y alguna responsabilidad en
el asesinato de su vicepresidente. Pero el juicio no llegó a iniciarse ya que
Cubas Grau renunció a la primera magistratura y se asiló en Brasil.
El último juicio
presidencial en Paraguay que sí se inició se remonta a 1932, cuando al entonces
mandatario José Patricio Guggiari se le enjuició por su presunta
responsabilidad en la represión de manifestantes frente al palacio presidencial
el año anterior.
Guggiari dejó el
cargo en manos de su vicepresidente, un procedimiento que aún dispone la
Constitución del país en estos casos, y se sometió al tribunal de los
senadores.
El resultado fue la
absolución de los cargos y con ello retomó su puesto y gobernó hasta mediados
de 1932.
Y finalmente
En una decisión que a juicio de muchos fue
tomada en tiempo record, lo cual ha creado un sinnúmero de suspicacias, el
senado paraguayo el 22 de junio destituye al presidente Paraguay Fernando Lugo
acusado por la cámara de diputados por mal desempeño de sus funciones, en un
juicio político sumarísimo de cinco horas. Por 39 votos a 4 el Senado declaró
culpable al presidente y lo destituyó, ya que se superaron los 2/3 de los votos
que exige la Constitución.
El vicepresidente
Federico Franco, del partido Liberal, que rompió con Lugo al votar el juicio
político tras integrar su coalición de gobierno, asumió la presidencia del
Paraguay en una ceremonia que se realizó el mismo día de la decisión.
Es importante señalar
que tras la votación estallaron incidentes en la plaza de Armas frente al
Congreso, donde se habían concentrado miles de partidarios de Lugo, sobre todo
campesinos procedentes del interior, y la policía a caballo cargó contra los
manifestantes y los disolvió en medio de gases lacrimógenos y chorros de agua.
Pero Lugo no guardo
silencio luego de la decisión y expresó que el juicio político en su contra
"es más que un golpe de Estado..., un golpe parlamentario con un ropaje
jurídico, con una herramienta como es el juicio político pero con motivos que
no se ajustan a la verdad".
Cabe señalar que ni
un recurso presentado por Lugo ante la Corte Suprema de Justicia ni la
intercesión de los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR),
que se trasladaron a Asunción en la noche del jueves, lograron suspender el
proceso de destitución ni asegurarle a Lugo un debido proceso.
Lo cierto de todo es
que el mismo viernes en horas de la noche, es decir una semana después de los
hechos violentos, se destituye a Lugo y a Federico Franco, ex vicepresidente paraguayo,
le fue impuesta la banda de presidente en el Congreso de ese país.
Ante los
parlamentarios y las distintas personalidades del poder público de Paraguay,
Franco indicó que no pretende hacer un programa nuevo de Gobierno en el tiempo
que resta de mandato, pero que espera entregar el 15 de agosto del 2013 la
banda de presidente con un país unido, ordenado y lleno de tolerancia.
"Nuestro país
vive ahora momentos difíciles y Dios quiso que yo (Franco) asuma la
presidencia. La única manera de poder
llevarlo adelante es entender que Paraguay debe ser construido con la unión de
todos los sectores, movimientos políticos y clases sociales", expresó el
nuevo jefe de Estado.
El recién nombrado
presidente juró "ante Dios y la
biblia que gobernaré con la mejor buena intención y pretendo concluir el 15 de
agosto del 2013, sin que mis hijos estén por la calle siendo señalados",
agregó.
Aunque las reacciones
y la protestas continúan al parecer este capítulo de violencia que conllevó a
un cambio presidencial en Paraguay se cierra, dando paso a una especie de
gobierno de transición hasta el año 2013, fecha pautada para nuevas elecciones.